SARAH VAUGHAN WITH CLIFFORD BROWN(1955)


La capacidad y extension de su registro era capaz de cubrir cuatro tipos de voces: barítono, alto, mezzo-soprano y soprano. Pero a diferencia de las cantantes de música clásica, la utilización y explotación de sus recursos no procedía de ninguna enseñanza de canto ni del aprendizaje en ningún conservatorio; su escuela fueron los grandes instrumentistas del jazz, desde Charlie Parker, a Dizzy Gillespie, desde Miles Davis a Clifford Brown, y lo mas asombroso de todo es que su voz no se deterioró con el paso del tiempo. Ni el alcohol, ni el tabaco ni las drogas le afectaron. Para decirlo gráficamente, si en los años cincuenta, fecha de grabación de este disco, su canto era ligero y brillante como un vino fino y cuidado, a partir de los sesenta su voz era tan robusta como un brandy de gran solera.

Este disco produce al oírlo la inconfundible sensación de plenitud, de disco redondo, de obra maestra del canto jazzistico nada más iniciar los compases del primer tema, una versión definitiva del maravilloso standard "Lullaby of Birdland", una canción que Sarah cantó como nadie. El empaste asombroso entre la cantante con los solistas: Herbie Mann a la flauta; Paul Quinichette al saxo tenor y con Clifford Brown a la trompeta, hacen que tenga sentido el calificativo de divina con el que la homenajearon sus colegas. Antes que Sarah Vaughan algunas cantantes trataron de aproximar su fraseo al de saxofones y trompetas, pero ella fue la única que acariciaba el milagro de fundirse con ellos.

En este disco, sin duda uno de los grandes discos de jazz de todos los tiempos, Sarah Vaughan proyecta gozosamente la columna sonora de su voz, dosifica a su voluntad su cálido vibrato y se balancea con comodidad en los matices de un timbre de voz único. Juega con el tiempo, los acentos y la armonía, y por si no fuera ello suficiente, los acompañantes rayan a una altura difícil de igualar en un disco de jazz vocal. Aunque el trompetista Clifford Brown, pone su firma y el sello mítico como solista de ésta histórica sesión, tanto el maestro del saxo tenor, Paul Quinichette, como el gran Herbie Mann a la flauta, encuentran siempre el modo de acertar de pleno. Y si en los vientos y metales, el trabajo es extraordinario, en la rítmica las escobillas del maestro Roy Haynes, y sobre todo la aportación espectacular del gran Jimmy Jones al piano, son sublimes.

Sarah Vaughan alcanzó su plenitud como vocalista en los cincuenta y este disco es una obra maestra sin ningún genero de duda. Tenía 30 años cuando fichó por el sello Mercury y sus éxitos no se hicieron esperar. Su primer gran disco y merecedor como este de ser destacado, es su extraordinario "Swingin Easy", liderando un trío que graba en estudio uno de sus discos mas logrados. Después vino este disco con Clifford Brown a la trompeta y a partir de aquí su carrera osciló siempre en un nivel de calidad muy alto. Todavía hoy hablar en jazz vocal de elegancia, de dominio vocal y de técnica musical, es hablar de Sarah Vaughan, una cantante que con un personalísimo estilo marcó el sendero por donde aun caminan las jóvenes cantantes de jazz que proliferan por los ámbitos del jazz.



01 Lullaby 0f Birdland ... George Shearing, George David Weiss (3:59)
02 September Song ... Kurt Weill, Maxwell Anderson (5:44)
03 I'm Glad There's You ... Jimmy Dorsey, Paul Mertz (5:09)
04 You're Not The Kind ... Irving Mills, Will Hudson (4:41)
05 Jim ... Nelson Shawn, Caesar Petrillo, Edward Ross (5:50)
06 He's My Guy ... Gene DePaul, Don Raye (4:12)
07 April In Paris ... Vernon Duke, E.Y. "Yip" Harburg (6:19)
08 It's Crazy ... Richard Rodgers, Dorothy Fields (4:55)
09 Embraceable You ... George Gershwin, Ira Gershwin (4:48)
10 Lullaby Of Birdland ... George Shearing, George David Weiss (3:58)

Sarah Vaughan (vocals)
Herbie Mann (flute)
Paul Quinichette (tenor saxophone)
Clifford Brown (trumpet)
Jimmy Jones (piano)
Joe Benjamin (bass guitar)
Roy Haynes (drums)
Grabado entre el 16 y el 18 de Diciembre de 1954 en la ciudad de New York.

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